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Crisis en las criptomonedas: quiebra el bróker de intercambio FTX

La famosa plataforma de intercambio de criptomonedas FTX se ha declarado en bancarrota. Su CEO y fundador, Sam Bankman-Fried, será investigado por las autoridades estadounidenses de justicia. La caída de la empresa fue vertiginosa y dejó graves secuelas en el sector. Por su parte, bitcoin sigue en bajada, sin poder repuntar los índices de crecimiento vistos en el pasado.

La plataforma de intercambio de criptomonedas FTX.

FTX era una de las plataformas más respetadas del mercado. (©Mariia Shalabaieva/Unsplash)

La quiebra de FTX que conmocionó al mundo de las criptomonedas

En los primeros días de noviembre corrieron rumores de crisis en el bróker FTX, uno de los más grandes del mundo. Sin embargo, fueron rápidamente desmentidos por su CEO (ahora ex CEO), Sam Bankman-Fried. Así y todo, pocos días más tarde la empresa debió admitir la bancarrota, y el funcionario fue conminado a renunciar. Un escándalo completo.

La velocidad con la que se dio la quiebra de esta empresa ha sorprendido a los especialistas y a los inversores. Hasta hace poco tiempo, FTX era uno de los portales de intercambio de criptomonedas más sólidos del mercado. Su líder, Bankman-Fried, era considerado una de las personalidades más respetadas del ambiente. Esto no impidió que los cambios en las finanzas descentralizadas hicieran desaparecer la firma, y con ello varias fortunas en criptoactivos.

Bankman-Fried gozaba de buena reputación entre las figuras políticas de Washington, lo cual le había servido para hacer lobby en su área de interés. Su empresa era el modelo para muchas del mismo rubro, en especial por su capacidad para atraer inversores tanto del sector público como privado. La repentina caída del negocio no deja de suscitar sospechas entre los juristas cercanos a la industria de las criptomonedas en los Estados Unidos.

El hundimiento de FTX tuvo que ver con la corrida de capitales. Ante los indicios de inestabilidad, una gran cantidad de usuarios quiso retirar sus fondos y la plataforma no pudo hacer frente a esta demanda. En las finanzas clásicas, se podría haber pensado en un rescate de un Banco Central, pero esto es impracticable en las finanzas descentralizadas. Se llegó a especular con una compra de Binance, mediante la cual rescataría a los clientes de FTX, pero no se concretó.

Datos para entender la caída más de cerca

Los bancos tradicionales están preparados para corridas del tipo que sufrió FTX. Si sus clientes deciden retirar de modo masivo sus ahorros, pueden recibir el socorro del Banco Central del país. Los brókeres de criptomonedas no cuentan con esa solvencia, lo cual siempre ha sido un eslabón flojo en la cadena de las finanzas desreguladas. En otras palabras, si se pierde la confianza de los usuarios, el valor de las divisas se pierde irremediablemente, sin alicientes posibles.

Uno de los indicadores principales de esta caída irreversible de FTX es la respuesta de uno de sus mayores inversores, Venture Capital Sequoia. La empresa, que se dedica a la especulación financiera, puso todo su patrimonio correspondiente a FTX en cero. Con esto dio por anulado su capital en la criptomoneda de la plataforma, FTT. Si los accionistas mayoritarios dejan de creer en el proyecto, qué se puede esperar de los clientes individuales.

Otro de los síntomas de la bancarrota era la conexión entre FTX y otra empresa fundada por Bankman-Fried, Alameda Research. Esta compañía tenía la mayor parte de su patrimonio en FTT, lo cual había despertado críticas y acusaciones de poca transparencia. Con la desaparición del bróker, Alameda Research también sufrió el impacto, en lo que parece una espiral sin fin para su fundador.

El complejo momento de las criptomonedas

El furor de las criptodivisas parece haber amainado un poco este año, en medio de proyectos de leyes que intentaron poner freno y caídas de las propias monedas. La referencia en bitcoin está más débil que nunca; tras semanas de caídas, ronda los US$16.500, muy distante de los récords que supo ostentar en el pasado reciente. Las mayores empresas de intercambio también muestran flaquezas en su estructura, en especial en el área legal.

Este mismo año, el Parlamento de la Unión Europea estuvo cerca de sancionar una ley que hubiera puesto fin a la minería de bitcoin. Estaba basada en argumentos ecológicos relativos al costo energético de la actividad. Si bien no se llevó adelante, ha dejado asentado un precedente riesgoso para el área.

En cuanto a la solidez de las mayores criptomonedas del mundo, se ha visto que no era lo que parecían. Muchos inversores perdieron fortunas en las grandes devaluaciones de bitcoin, Ethereum y Litecoin desde fines de 2021. Lo que se consideraba una mina de oro, hoy comienza a presentar resquebrajaduras e inconsistencias.

Finalmente, las grandes empresas que ofician de brókeres se han visto en aprietos legales. El caso más emblemático y reciente es el de Binance, bajo investigación por un juzgado de Madrid por presunta estafa. Sin dudas, el área está necesitada de regulaciones más eficientes que combinen las virtudes de las cadenas de bloques con la solidez de las finanzas centralizadas.

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