Escrito por: Facundo Rossi
La Unión Argentina de Rugby (UAR) ha emitido un comunicado en el que establece su posición de no permitir ningún tipo de patrocinio de apuestas deportivas. La decisión se ajusta a los protocolos de la World Rugby Association, aunque va en contra de las tendencias del deporte argentino.
Los clubes de rugby de Argentina rechazan los patrocinios del sector del juego.
La Unión Argentina de Rugby le dice “no” a las apuestas deportivas
El patrocinio de clubes y torneos se ha convertido en la principal estrategia de marketing de las empresas de apuestas deportivas, tanto en Argentina como en toda América Latina. Sin embargo, algunas entidades se niegan a esta penetración. Tal es el caso de la Unión Argentina de Rugby (UAR).
La entidad publicó una nota en su sitio web donde expresa su rechazo a cualquier vinculación comercial con plataformas de juego. Con esta queda prohibida la promoción de las apuestas deportivas en Argentina, tanto para los clubes como para las ligas, así como para los profesionales del deporte.
Según la UAR, esta medida se ajusta a las bases de la World Rugby Association, con la que el organismo argentino está nucleada. Por su parte, la UAR es el conjunto de las uniones de rugby del país.
La política contra las apuestas deportivas está orientada a promover un entorno deportivo libre de sospechas. En los últimos tiempos ha habido numerosas denuncias por amaños en distintas disciplinas, tanto en Argentina como en otros países, por lo que el rugby quieren mantenerse al margen.
Desde luego, esto implica la renuncia a un fuerte capital de inversión. Las plataformas de apuestas online se han consolidado como los principales sponsors del deporte, gracias a las sumas nutridas que desembolsan por aparecer en camisetas, estadios y transmisiones de partidos.
La UAR ha manifestado que prefiere garantizar el bienestar de su comunidad. Con esto se intenta alejar a las juventudes de los estímulos negativos de las apuestas, sobre todo a la luz de la oleada de ciberludopatía entre niños y adolescentes que se ha visto en los últimos tiempos.
El rugby argentino, con su imagen en pleno crecimiento
El protocolo de la UAR se alinea con los valores que se intentan mantener en el rugby argentino, y con los que se ha conseguido apelar a una parte importante de la sociedad. El protagonismo de Los Pumas, el seleccionado nacional, en la primera plana internacional, también ha contribuido.
En efecto, el rugby en Argentina parece estar en su pico máximo de interés. Este año Los Pumas consiguieron su tercera victoria en cinco años frente a los All Blacks, el combinado neozelandés que tiene el máximo prestigio en la disciplina. El historial sigue desequilibrado, con 38 victorias de los All Blacks en 42 partidos.
Apenas meses más tarde, los dirigidos por Felipe Contempomi lograron una victoria histórica frente a los Wallabies, el conjunto australiano. Tras ir perdiendo por 17 puntos, Los Pumas remontaron el partido y ganaron por 67 a 27. La prensa australiana dilapidó a los derrotados.
Este tipo de rendimientos competitivos del seleccionado nacional han hecho que un mayor público se acercara al rugby en años recientes. No solo se puede notar en la cantidad de espectadores durante los partidos, sino en la multiplicación de clubes y canchas de rugby en todo el país.
Aun así, el nivel rugby argentino sigue muy por debajo de países como Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica, donde este deporte tiene una enorme infraestructura y goza de una enorme popularidad. Ese lugar, en Argentina, lo ocupa el fútbol. No hay mucho que se pueda hacer al respecto.
Momento crítico en Argentina por el avance de la ludopatía juvenil
La decisión de la UAR puede resultar sorprendente desde el punto de vista económico, pero encuentra explicaciones si se toma perspectiva de la situación que se vive en Argentina. A partir de la pandemia, las plataformas de juego online ganaron centralidad en los intereses de las juventudes.
Hoy en día, el asunto ya representa un problema de salud pública, tal como se puede ver en las políticas desarrolladas desde las gobernaciones y municipios. El Estado Nacional ha tomado distancia del asunto, expresando que no es su intención intervenir en los negocios del sector privado.
Sin embargo, la problemática ha ganado notoriedad a partir de casos trágicos que se reprodujeron en los medios, como el de un niño de 14 años que se suicidó luego de robarle todos los ahorros a su madre y perderlos en apuestas deportivas.
El fútbol de primera división parece mayormente captado por la publicidad de la industria, con patrocinios que incluyen a la Asociación de Fútbol Argentina (AFA), y clubes como River Plate, Boca Juniors, Racing de Avellaneda, Estudiantes de La Plata y Lanús, entre otros.
La excepción ha sido Vélez Sarsfield, que rechazó la renovación de su acuerdo con bplay, la empresa de casino online y apuestas deportivas del Grupo Boldt. Lo reemplazó por una pymes nacional, Saphirus, que desarrolla aromatizantes ambientales. Un cambio significativo que implicó menores ingresos para el club.
Por ese volantazo, la Cámara de Diputados de la Nación reconoció públicamente a Vélez Sarsfield. En el Congreso hay más de una decena de proyectos esperando su tratamiento, todos ellos vinculados con la regulación del juego: desde límites a la publicidad hasta mayores controles de identidad para apostar.
Si bien las plataformas con licencia cuentan con sistemas de verificación de la edad, los menores consiguen apostar en sitios clandestinos. Para ello, realizan sus depósitos a través de “cajeros”, que no son legales en Argentina. Se trata de personas que actúan como intermediarios entre el usuarios y el operador.
Desde los organismos de juego responsable se está pidiendo una mayor acción por parte de las autoridades de control. Los sitios ilegales operan con total impunidad utilizando dominios nacionales o extranjeros, sin pagar impuestos, y presentando serios riesgos para niños, adolescentes y personas vulnerables.
