En un informe encargado por el encargado por el Ministerio de Juventud e Infancia, 50 expertos propusieron 107 medidas para generar espacios digitales confiables para niños, niñas y adolescentes. A partir de ello, el gobierno desarrollará una Estrategia Nacional de entornos digitales seguros.
107 medidas para el estudio del Gobierno en torno a infancias
El pasado mes de diciembre llegó al Consejo de Ministros un informe realizado por 50 especialistas en infancias. Se trata de un trabajo de 150 páginas en el que se propone un camino a seguir para que niñas, niños y adolescentes tengan experiencias seguras en su contacto con dispositivos digitales.
Los expertos incluyeron 107 medidas para consideración de las autoridades. Están organizadas a partir de tres bloques: corto, mediano y largo plazo. El objetivo es garantizar que no se vulnerarán derechos de la infancia y de la adolescencia, lo cual sucede a menudo cuando los menores se exponen tempranamente al mundo virtual.
Las observaciones tienen a prevenir y detectar todo aquello que presente riesgos para las infancias. El estudio fue solicitado por el Ministerio de Juventud e Infancia, pero su desarrollo fue ad honorem, según destacaron desde la web de la entidad.
Entre las consideraciones, están los temas que son responsabilidad de la industria, las familias y otros actores de la sociedad. Se aborda puntualmente la exposición de los niños y niñas en las redes sociales, en muchos casos desde sus primeros momentos de vida.
Con esto, el ministerio llevará a cabo una Estrategia Nacional para la creación de entornos más seguros. Desde hace tiempo que se persigue el horizonte de mantener los derechos de los menores que navegan online, al tiempo de que se le brinde el disfrute de la tecnología conforme sus capacidades.
De las 107 propuestas, 35 ya son parte del Anteproyecto de Ley Orgánica para la protección de las personas menores de edad en los entornos digitales. Este fue presentado por las autoridades de Juventud e Infancia en el mes de junio.
Entre esas medidas se incluyen la verificación de identidad en distintas plataformas, el uso del control parental y los límites a la exposición. El resto de las propuestas quedarán bajo estudio en la primera parte de este año, con la intención de completar del modo más exhaustivo el proyecto de ley.
Recomendaciones a la familia por la seguridad digital
En el informe se puede ver un listado de recomendaciones para las familias. Esto puede ser muy útil, teniendo en cuenta que la exposición a la virtualidad es uno de los desafíos de los padres modernos en la crianza de sus hijas e hijos. La clave general es garantizar un acceso gradual.
Asimismo, los expertos defendieron el derecho a la privacidad y a la intimidad de los menores, y también destacaron las ventajas que pueden tener los dispositivos digitales en el proceso formativo. Sin embargo, priorizaron el contacto de los niños y niñas con pares de su edad por sobre el entretenimiento electrónico.
Hasta los 3 años, aconsejaron no exponer a los niños a dispositivos virtuales. Luego, hasta los 6 años se desaconseja su uso. Se podría permitir en casos de necesidad puntual, como para mantenerse en contacto con otras personas a distancia, bajo la supervisión de un adulto.
En el mismo sentido, el informe recomienda que los adultos limiten su propio uso de dispositivos virtuales frente a menores de 6 años. Es sabido que la capacidad de imitación es muy fuerte durante la infancia.
Entre los 6 y los 12 años, los especialistas recomendaron fomentar la actividad al aire libre y compartida con personas de la misma edad. Los contenidos a los que acceden los menores vía digital deben estar supervisados por un adulto y deben estar adaptados a la edad.
Si se decide permitir el uso de dispositivos digitales entre los 12 y los 16 años, es fundamental que se instalen aplicaciones de control parental. Este tipo de herramientas sirven para que un adulto evite el acceso a contenidos prohibidos para los menores de edad o inadecuados para adolescentes.
Otra recomendación en esa franja etaria es administrar la exposición al dispositivo. Esto implica establecer límites de tiempo para distintos contenidos, a lo cual se accede mediante la configuración del software.
En consonancia con muchas voces autorizadas a nivel mundial, en el informe se recomienda priorizar el uso de teléfonos de solo llamada para menores de edad. Es ideal que los adolescentes tengan un dispositivo analógico como primer método de contacto, antes de adentrarse en un teléfono inteligente.
Más regulaciones para los contenidos digitales
Los especialistas sugirieron que serían deseables mayores controles sobre la industria, que hasta el momento está sujeta a una autorregulación de contenidos. El Estado tendría que empezar a determinar la obligatoriedad de los espacios seguros digitales bajo control parental y del etiquetado sobre los riesgos para la salud.
Los productos deberían estar sujetos a informes sobre su impacto una vez que son lanzados al mercado. Con esto se intentaría poner en el centro de la escena su utilidad real para los consumidores. También se propone fortalecer el sistema de denuncias, que está en manos de los fabricantes.
Una de las áreas mencionadas en el informe sobre las que ya ha estado trabajando el gobierno es la de las cajas botín. Se trata de recursos de los videojuegos que siguen la lógica de juegos de azar: pagan un premio, generalmente nada, a cambio de una apuesta, que involucra fondos reales.
Hasta el momento no existe una regulación sobre esto, que incluso está disponible en videojuegos permitidos para menores de edad. Desde la anterior administración de Consumo, el tema fue puesto en la agenda, pero no se han dado pasos concretos para resolver el dilema.
En el informe de entornos digitales se plantea la prohibición de exponer a menores en la red para campañas publicitarias. Esto involucra un marco legal para los kids influencers (menores de edad que generan contenido, generalmente monetizado) y el sharenting (la pulsión de compartir contenidos constantes sobre los hijos en redes).
Las pautas para una regulación son mucho menos duras que las aplicadas recientemente en Australia, donde se les prohíbe el uso de redes sociales a los menores de 16 años. No obstante, va en el mismo sentido, percibiendo que existe una sobreexposición de los menores en el mundo virtual.
Y haciendo notar que las telecomunicaciones avanzadas y el entretenimiento permanente no han venido sin desventajas y peligros. De hecho, uno de los principales factores relacionados con la depresión en todo el mundo es el uso de redes sociales.
Es uno de los desafíos, no ya del mundo que viene, sino de este mismo. La magnitud que ha tomado el mundo virtual sobre la realidad social es inconmensurable. Hace falta poner las cosas en su lugar, con la salud del humano en el centro de las políticas.