Juego y Sociedad 2021: valioso informe sociológico de CeJuego
El Consejo Empresarial del Sector del Juego de España (CeJuego) ha lanzado su estudio anual “Juego y Sociedad”. En este aporte, la organización analiza la incidencia del sector del juego en la comunidad, mediante estadísticas, mediciones y el cotejo de datos. Es la doceava edición de este trabajo, que año tras año contribuye a la proyección sostenible de la industria.
El alcance del juego y los tipos de jugadores
El estudio está orientado a probar que la práctica de los juegos de apuestas es normal y no tiene ninguna relación directa con problemas de salud. Está dirigido por el doctor en Sociología José Antonio Gómez Yáñez, quien forma parte del Instituto de Política y Gobernanza de la Universidad Carlos III. El trabajo de campo, que consistió en numerosas encuestas, estuvo a cargo de la empresa IMOP Insight, que lidera importantes proyectos en España.
El informe refleja la disminución en el volumen de juego durante el 2020 debido a la crisis relacionada con la pandemia. Sin embargo, los datos comprueban la premisa del análisis: que el juego es una práctica común en España. Aun en tiempos de recesión, unas 28,2 millones de personas participaron en uno o más juegos de azar.
Asimismo, en la publicación de CeJuego se hace énfasis en la responsabilidad de los jugadores españoles. Las encuestas indican que la gran mayoría de las personas toma consciencia de los límites de las apuestas y de la conducta que se debe asumir frente a ellas. En este sentido, el informe propone que los riesgos de la ludopatía no están estrictamente relacionados con la oferta de juego, sino con una serie de variables. En ese sentido, en el estudio se propone que las políticas públicas de cuidado deben delimitar cuáles son los factores sociológicos que puede llevar a la ludopatía para así desarrollar medidas apropiadas, sin criminalizar la práctica en sí.
En ese sentido, en “Juego y Sociedad” se categorizan las tipologías de jugadores en cada rubro, desde la Once hasta las casas de apuestas presenciales. Es interesante que el informe incluye las timbas informales, de las que señala que aproximadamente un millón de personas participaron en 2020. El 80% son hombres menores a 35 años. También se apunta que esta actividad creció desde el 2017.
Contra la victimización de los jugadores
El estudio de CeJuego también mantiene que la perspectiva de infantilización de los participantes de juegos de azar es incorrecta. El 55,2% de los encuestados expresó que entiende que los juegos implican la posibilidad de perder dinero, y que esta pérdida es equivalente al coste que se paga por el entretenimiento, análogo a una entrada de cine o de teatro.
El 36,2% de las personas encuestadas indican que no piensan en lo que gastan y no llevan la cuenta de lo que pierden. Este grupo puede ser dividido en facciones más específicas, al menos dos: quienes no reparan en los gastos por no tener problemas económicos, y quienes gastan sin pensar aun a riesgo de hallarse en problemas.
Solo el 6,2% del total manifestó que juegan pensando en ganar lo que perdieron anteriormente. Esta actitud puede propender a conductas de juego irresponsable, pero, como señala el informe, no es el único factor determinante. Para que exista la ludopatía deben acumularse numerosos indicadores, del cual la oferta de juego es apenas uno, y no es por sí solo necesario y suficiente.
Análisis del juego problemático
A pesar de su perspectiva favorable al juego, el estudio no desatiende los casos problemáticos. Sin embargo, toma distancia del tono alarmista que suele pesar sobre la cuestión, al expresar que, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad en 2018, solo unas 7.000 personas están en tratamiento por ludopatía. Esto representa el 0,02% de la población entre 18 y 75 años.
La relevancia que se le da al tema suele tener que ver con un sesgo de interpretación, según el cual se le da una mayor difusión y sensacionalismo a los casos negativos que a los positivos. En el caso del juego, las experiencias problemáticas suelen ser una minoría muy específica, pero cuentan con la atención completa de un gran número de instituciones.
“Juego y Sociedad” no minimiza el problema del trastorno del juego, pero parte de la premisa de que éste no puede ser el parámetro básico para regular la actividad, pues no atañe a la mayoría de los participantes. De hecho, el tema podría ser analizado desde la perspectiva de género, ya que más del 90% de las víctimas son hombres, y la inmensa mayoría viven solos. Así, el foco podría girar hacia el encauzamiento responsable de las masculinidades. Este es uno de los numerosos asideros que el estudio le da a la cuestión.