Escrito por: Juan Carlos Perales
La famosa criptomoneda rozó los US$70 mil gracias a factores macroeconómicos de los Estados Unidos. El empuje también arrastró a otras divisas hacia el alza. Los ojos del mundo financiero vuelven a posarse sobre bitcoin, con muy buenos auspicios para los inversores a largo plazo.
Las criptomonedas tienen a bitcoin como referencia primaria.
Entusiasmo por la suba de bitcoin y otras criptomonedas
Luego de algunos tiempos de incertidumbre, bitcoin volvió a tomar el protagonismo en el mercado financiero. El primer viernes de marzo marcó su récord histórico, al llegar a los US$69.646, una suba muy ligada a las contingencias de la economía estadounidense.
Luego de tocar su techo, bitcoin vio una caída sensible, de la que se recuperó con un aumento del 6,8% al día siguiente, y quedó fijada en US$67.645, una cotización para nada despreciable a los ojos de los inversores y los usuarios.
Por su parte, Ether dio un salto de casi el 16% en medio de estos procesos de volatilización. Es su mejor momento desde enero del 2022. Todas las principales criptomonedas (Dodgecoin, Pepe, Litecoin) parecen arrastradas por la tendencia positiva, mientras sigue la fascinación en todo el mundo.
En lo que va del 2024, bitcoin ya vio un crecimiento del 55%. El año pasado estuvo signado por el conflicto de grandes brókeres con la justicia de los Estados Unidos, lo cual llevó a un estado de estancamiento y fuga de capitales. Las corrientes parecen haber cambiado.
El éxito de esta criptomoneda no precisa de más pruebas, teniendo en cuenta que para muchos ha sido el activo más valioso de la década pasada, con un crecimiento del 900%. Hoy en día forma parte del top 10 de activos mejor considerados del mundo.
Además, dentro de ese ranking, bitcoin es el activo con el precio unitario más alto, con una gran diferencia por sobre los demás, incluso el oro o la plata. La naturaleza de esta criptomoneda la envuelve en un particular interés para los expertos.
Las claves de este impulso, de los EE.UU. al mundo
No es casualidad que esta marca se de justamente unos meses después de que la Comisión de Valores y Bolsa de los Estados Unidos formalizara 11 fondos cotizados en bolsa que utilizan bitcoin al contado. Este hito representó un respaldo real del gobierno estadounidense como nunca antes se había visto.
Estos fondos, conocidos como EFT (fondos estructurados cripto, por su nombre en inglés), han visto el flujo de miles de millones de dólares en los primeros meses del año. En enero se dio un quiebre en la tendencia negativa de las criptomonedas, período que abarcó casi 18 meses.
Puntualmente, los flujos netos hacia los principales EFT con bitcoin de los EE.UU. legaron a los US$2.200 millones para el comienzo de marzo. De ese total, más de US$2.000 millones fueron depositados iShares Bitcoin Trust, el fondo que BlackRock dispuso para este negocio.
Una verdadera concentración de capital, alineada a la distribución de la riqueza en el siglo XXI: mientras que la pobreza se agudiza en los países subdesarrollados, los grandes núcleos del poder se sostienen con mecanismos financieros, tanto nuevos como antiguos, que van desde las criptomonedas hasta la especulación inmobiliaria.
Un mercado financiero sujeto al mundo real
De todas maneras, es demasiado simplista creer que bitcoin ha marcado su récord solamente por al inicio de los tan esperados EFT en EE.UU. En efecto, todos los activos del mercado de valores tienen una contrapartida en el mundo de los hechos, fuera de las bolsas y las abstracciones.
Lo cierto es que en el mes de febrero EE.UU. creó más de 275.000 puestos de trabajo efectivos, no relacionados con el sector agrícola.
Es un número superior al esperado, que compensa los indicadores de enero. En el primer mes del año, a pesar de los 229.000 puestos de trabajo creados, no se cumplieron los objetivos.
Asimismo, los salarios vienen en aumento. No ha llegado al 0,2% a nivel general que planteaban los economistas del gobierno de Biden, pero están en un índice del 0,1%. Esto frenaría la inflación, sin desatender a las necesidades de las clases trabajadoras.
En suma, la economía real del país más poderoso del mundo está creciendo, y con ello no solo se estimula la actividad de bitcoin, sino de activos claves como el oro, la plata y las tecnologías digitales.
La producción de bienes y servicios es el sustento de cualquier economía, que por voluminosa que sea no puede vivir solo de especulaciones financieras. Los experimentos de esa índole, ligados a los gobiernos neoliberales de América Latina, han terminado en crisis profundas y estallidos sociales.
