Escrito por: Juana González
El 2024 fue el primer año en que Mincetur emitió licencias para operadores de casino online y apuestas deportivas, a partir de la nueva legislación de juego. Realizamos un análisis del desarrollo del sector, el impacto en la sociedad y las polémicas sobre la carga impositiva.
Perú acaba de aplicar el impuesto selectivo al consumo en el juego online.
En qué cambió el mercado peruano de juego online durante 2024
Este año se puso en marcha la legislación que brinda las bases para la explotación de juegos y apuestas online en Perú. La Ley 31.557, aprobada en 2022, recién fue implementada al comienzo del 2024, cuando el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) comenzó a emitir licencias.
Se especulaba con que más de 7 millones de peruanos habían realizado al menos una apuesta online, y la industria estaría sumando unos US$1.000 millones anuales que no estaban sujetos a ningún tipo de contribución fiscal. Un problema similar al enfrentado en gran parte del mundo.
La aceleración del proceso estuvo dada por la pandemia, que fortaleció las bases de usuarios de casinos online y casas de apuestas, mediante un fuerte cambio en los hábitos de entretenimiento de la población mundial. Desde ese momento, en varias partes de América Latina entraron en discusión las legislaciones de juego online.
El gravamen para las plataformas quedó fijado en el 12% de la base imponible, lo cual está en consonancia con lo que se cobra en otros mercados regulados. En su implementación, hubo reclamos por parte del sector de los casinos de tierra, que consideraron que había una asimetría en el tratamiento de las dos áreas.
La apertura del mercado representó posibilidades de negocios a largo plazo, puesto que el permiso tiene una validez de 6 años. Así desembarcaron pesos pesados de la industria del juego, como el Grupo Cirsa, propiedad del fondo de inversión de riesgo Blackstone.
La empresa se quedó con el 70% de Apuesta Total, uno de los operadores más emblemáticos de Perú, y planea comprar la porción restante en el futuro. Se trata de una inversión significativa, que deposita confianza en la productividad del mercado local.
Otra multinacional que desembarcó en Perú fue Betsson, de origen sueco, que accedió no a una sino a tres licencias de Mincetur. Con eso, tiene habilitada su página de cabecera, Betsson, junto con las marcas Betplay e Inkabet. Es una firma que supo ser patrocinadora del fútbol peruano antes de la regulación.
La discusión en torno al impuesto selectivo al consumo
En la última parte del año, Perú entró en un proceso de reconfiguración impositiva, en la que las áreas de Mincetur estuvieron implicadas. Al sector del juego online se le añadió el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC), que ya estaba en funcionamiento en los casinos de tierra y los juegos localizados.
Según informó la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat), el impuesto es del 1% y debe ser pagado por los usuarios de las plataformas. Los operadores extranjeros deben detectar los IP que se conectan desde Perú para aplicar el cargo y luego transferirlo al Estado.
Además de los casinos, otras áreas que deben pagar el ISC son los cigarrillos, el petróleo y el alcohol. En el caso del juego online, las contribuciones podrían llegar a los 110 millones de soles anuales (más de US$29 millones).
Desde el empresariado se manifestaron en contra de la medida, puesto que podría implicar una baja en la demanda. La causa es que las plataformas que no se formalizaron legalmente en Perú tendrán costos de apuesta más bajos y podrían representar una alternativa más conveniente para los usuarios.
Una de las voces que expresó oposición fue la del CEO de Apuesta Total, Gonzalo Pérez, quien indicó que el mercado de juego online se encuentra progresando muy bien del modo en el que está, y por lo tanto no habría que proyectarle modificaciones al reglamento.
Las cuentas pendientes del modelo peruano
Buena parte de la opinión concuerda en que la oficialización del juego online en el país supone ventajas. Entre ellas: el Estado como garante de la seguridad de las plataformas, la transparencia de los resultados y la protección de los datos personales, además de la recaudación impositiva por los ingresos brutos generados.
Sin embargo, no se han dado pasos visibles en la erradicación del juego clandestino. Desde Mincetur no se publicaron las solicitudes de bloqueo a páginas sin licencia ni se comunicó un lista negra de operadores sin permiso. Esto representa un riesgo tanto para los usuarios como para las empresas registradas.
En otros mercados regulados de América Latina, como Colombia o Brasil, se han hecho públicos los avances en la clausura de los dominios sin licencia. Se trata de sitios que muchas veces ni siquiera cuentan con las bases de mínimas de seguridad, como el control de la mayoría de edad al ingresar.
Tampoco se han anunciado números oficiales sobre recaudación impositiva e ingresos brutos de los casinos. No ha habido informes trimestrales ni anuales de le entidad reguladora, como es de rigor en países como España y Portugal, los cuales disponen de legislaciones similares de juego online.
De esta forma, existe un vacío de datos oficiales sobre la industria. Los cálculos sobre el rendimiento anual en Perú quedaron solo en las especulaciones iniciales.
No puede quedar afuera el hecho de que se ha agravado la ludopatía entre los jóvenes. Desde EsSalud comunicaron que el 20% de los pacientes atendidos en el Servicio de Conductas Adictivas del Hospital Nacional Guillermo Almenara presentaron síntomas de adicción a las apuestas online.
Se esperaba que a partir de la regulación del área, este problema empezara a tener soluciones. Lejos de eso, al igual que sucedió en el resto de Latinoamérica, se ha agravado.
Quedan varias cuentas pendientes en el modelo de apuestas deportivas y casinos online en Perú, y sin duda la reducción de daños es una de ellas. El próximo año será determinante para ver cómo evoluciona el sector, con el agregado del ISC en todas las plataformas.
