Se profundiza aun más la crisis del bingo en cartón en España
La última década no ha sido buena para los bingos presenciales españoles, que han visto bajas año tras año. Sin embargo, la situación empeoró de manera decidida desde el comienzo de la pandemia, que ha provocado momentos críticos a lo largo del 2020. Las autoridades de la Confederación Española de Organizaciones de Empresarios del Juego del Bingo (CEJ) alertan por la situación.
Preocupación por el bingo tras otro año de caída
Mientras que otros sectores de la industria del juego ya han mostrado una clara recuperación tras la pandemia, el bingo es el único que pareciera estancado. Es que la situación actual está enmarcada en una crisis que lleva más de diez años. La Confederación Española de Organizaciones de Empresarios del Juego del Bingo (CEJ) ha expresado su preocupación por este aletargamiento del negocio, que no parece prosperar en España.
Según la CEJ, las ventas de bingo en cartón cayeron un 42,6% en 2021, en comparación con el 2019, última referencia antes de la crisis de Covid. La recuperación con respecto al 2020, el período más crítico, fue apenas de 20%. Esto queda muy por debajo de las cifras de otros rubros, como los casinos de tierra, las loterías y los juegos online.
Si bien el objetivo del empresariado era igualar las cifras del 2019, la realidad se queda bastante atrás. De una recaudación de 1.805,5 millones de euros en 2019, los bingos en cartón pasaron a 862,5 millones de euros en 2020; en 2021, el total ha sido de 1.035,5 millones de euros, muy lejos de las metas propuestas. En ese sentido, esta modalidad de bingo pareciera estar desarraigándose paulatinamente de la sociedad española.
Este estado no es producto exclusivo de la pandemia. Ya en 2017 los representantes de los bingos señalaban la desaceleración en el crecimiento. Luego de cuatro años de cierta estabilidad, en el último trimestre del 2018 se vio un descenso en el que se pudo prever la desilusión que sería el 2019. El 2020 no hizo más que radicalizar la crisis y resaltar la disminución de la audiencia. Las caídas durante los períodos de cuarentena fueron de entre 50 y 60%.
En busca de una reducción fiscal para descomprimir el sector
La principal propuesta de CEJ durante los últimos tiempos ha sido la reducción impositiva. Ya en el 2019, esta idea había mostrado su potencial eficiencia. El mínimo crecimiento mostrado en comparación con el período anterior se debió a las dos regiones que presentan impuestos más flexibles, Andalucía y Madrid.
Estos dos mercados son, además, los que mejor se vienen recuperando de la crisis. Así fue que a finales del 2021 circuló un plan de acción para mejorar la rentabilidad del bingo y promover su continuidad. Allí se plantea una reducción de 10% como mínimo para el rubro. Con el capital entrante, el sector podría mejorar el volumen de premios para apelar a una audiencia más amplia.
Ese pareciera ser uno de los problemas centrales del área: su público es de una franja etaria alta y cada año se reduce. La idea es buscar una actualización del juego para renovar su imagen.
Mientras tanto, la rebaja impositiva se muestra como la salida más viable. Las dos comunidades autónomas de Andalucía y Madrid fueron las que más alto se ubicaron en porcentaje de ventas. Por el contrario, Cataluña y la Comunidad Valenciana, que tienden a políticas más restrictivas, bajaron sus índices de ventas.
El bingo online: la esperanza del sector
Ante esta situación, la mejor perspectiva para el bingo es reafirmar su modalidad en línea. A diferencia del cartón clásico, el área digital casi llegó a igualar sus porcentajes del 2019; estuvo solo a 2,6% de aquel número. El total fue 262 millones de euros en ventas, contra los 269 millones de euros del 2019. Apenas 7 millones de euros de distancia.
En la actualidad, el bingo online equivale al 20% del total. Así y todo, como en todas las demás modalidades del juego, el porcentaje de participación crece proporcionalmente cada año. Se espera que para 2026 el área electrónica sea más rentable que la de tierra. Por ahora, el bingo es el juego menos popular de la cartera electrónica. Según el tercer informe trimestral del año pasado de la DGOJ, solo habían tenido operaciones 3 proveedores con licencia.
En lo que atañe al bingo, hay una particularidad: tres cuartos de sus usuarios virtuales están en las comunidades de Canarias y de Valencia. Uno de los desafíos es expandir la oferta en las demás regiones del país.