Jugadores vigentes o retirados como Vinicius Jr, Figo, Kluivert, Íker Casillas, Roberto Carlos y Carles Puyol podrían ir a la justicia por el fraude de Omegapro. Más de tres millones de personas fueron engañadas mediante campañas de las que participaron estas celebridades del deporte, con un perjuicio superior a los €3.000 millones.
Jugadores de fútbol implicados en la estafa de Omegapro
Omegapro ha representado uno de los fraudes de inversión más grandes del mundo. Se contabilizan unas 3 millones de personas afectadas, que en su conjunto habrían perdido unos €3.000 millones entre 2019 y 2022. La participación de celebridades del fútbol fue determinante para llegar a esta situación.
Tanto es así que uno de los abogados de las víctimas, Lars Olofsson, ha indicado que demandará a todos los jugadores y exjugadores que hicieron posible la estafa. Las campañas de Omegapro contaban con la presencia estelar de rostros conocidos para el público internacional.
Entre los nombres más comprometidos se encuentran Ronaldinho, la leyenda de la selección brasileña, y Luis Figo, el astro portugués que brilló en el Real Madrid. En el año 2022 Omegapro organizó un partido en Dubái entre amigos de uno y otro futbolista con el fin de visibilizar sus servicios financieros.
Los representantes de Figo han aclarado que el exjugador fue contratado por el gobierno de los Emiratos Árabes Unidos. Al mismo tiempo, negaron cualquier tipo de conocimiento sobre las funciones de Omegapro. Lo cierto es que tanto el portugués como el brasileño participaron activamente en la difusión de la marca.
En ese partido celebrado en Dubái también participó el exportero de la selección española, Íker Casillas. Según ha trascendido, el jugador no habría cobrado dinero por su colaboración, y solo se sumó por estar casualmente en la misma ciudad de los Emiratos Árabes.
En la misma línea se encuentra comprometido Carles Puyol, jugador histórico del FC Barcelona, quien formó parte de un partido de leyendas organizado por Omegapro en Maldivas, también en el 2022. Otro de los que participaron en esa oportunidad fue el exmediocampista del Barça, Erik Abidal.
No hay evidencia de que estos jugadores hubieran cobrado por sus servicios, según se afirma desde sus entornos. Esto quiere decir que no cuentan con ningún contrato comprobable con Omegapro.
El mismo año, la firma llevó a cabo una Convención Global en Panamá, con numerosos futbolistas conocidos. La figura estelar en esa oportunidad fue Vinicius Jr, el brasileño que ganó la Champions League este año con el Real Madrid, quien fue fotografiado con una playera de Omegapro.
Otras viejas glorias del fútbol internacional, como el brasileño Roberto Carlos o el neerlandés Patrick Kluivert, formaron parte de campañas promocionales de la marca. Hay fotografías que los muestran junto con los directivos de la organización, varios de los cuales ya están detenidos.
Las implicaciones del gobierno de Emiratos Árabes
Además de la imagen positiva que aportaron los futbolistas, hubo otros actores en las campañas de Omegapro. Uno de los principales ha sido el gobierno de los Emiratos Árabes Unidos, sobre todo las autoridades de Dubái.
Para empezar, uno de los momentos más emblemáticos de Omegapro fue cuando su marca se proyectó desde el rascacielos Burj Khalifa, una de las principales atracciones de la ciudad emiratí. Lo mismo sucedió en Ain Dubái, la gran noria de la ciudad.
Además, príncipe heredero de Dubái, Hamdan bin Mohammed bin Rashid Al Maktoum, participó de la mayor parte de los eventos desarrollados en la localidad. Se lo conoce como uno de los promotores VIP de Omegapro, aunque no tiene ningún tipo de contrato formal con la empresa.
El Coca Cola Arena de Dubái fue el punto de un encuentro multitudinario en 2022, mediante el que la marca ganó un gran popularidad y llevó confianza a las personas interesadas en invertir en criptomonedas. Más de 7.500 personas se hicieron presentes. Entre los promotores estuvieron Roberto Carlos y el español Fernando Hierro.
La verdad detrás de la muralla de marketing y promesas
Detrás de toda la publicidad de Omegapro no había otra cosa que una estafa piramidal. Este tipo de esquemas se caracterizan por pagar las ganancias de los inversores más antiguos con los depósitos de los recién llegados. Un modelo antiguo y para nada sustentable, que invariablemente termina mal.
Como en toda estafa piramidal, desde Omegapro prometían enormes ingresos a través de la inversión en Forex, es decir, divisas internacionales. Los depósitos mínimos estaban fijados en €100, que debían ser introducidos en la criptomoneda de la firma.
En el año 2018, cuando surgió la firma, la promesa era de 300% de rentabilidad en 14 meses, algo muy sospechoso para cualquier persona con conocimientos de inversión financiera. Pero ni siquiera se pudo sostener esta predicción. Para el 2022, el margen se había ampliado a 26 meses, con una rentabilidad algo menor.
Ese mismo año, la firma adujo una ataque de hackers que imposibilitó que los usuarios retiraran sus fondos. Desde ese momento, los inversores se quedaron sin su dinero, y sin respuestas por parte de la entidad.
Todo el marketing de Omegapro no pudo tapar un hecho concreto: las advertencias por parte de autoridades financieras. Ya desde 2020 la Comisión Nacional de Mercado de Valores (CNMV) había incluido a la agencia en la lista negra. Luego se siguió actualizando la información, con los distintos nombres que tomaban las sociedades de la misma firma.
Los reguladores de Perú, Colombia, Francia y Bélgica, entre otros, también habían advertido que esta plataforma no se ajustaba a las regulaciones pertinentes. Está claro que la gran mayoría de los inversores no deciden sobre la base de la normativa, sino que siguen las tendencias que marca la publicidad.
En efecto, la presencia de celebridades deportivas y el aval del Dubai Sports Council parecían credenciales suficientes. Es otra lección para los inversores actuales: el marketing no es garantía de credibilidad. Se ha descubierto que las campañas incluían portadas falsas de Forbes en las que se elogiaba a los directivos de la marca.
Este fraude está emparentado con el de One Coin, una empresa de criptomonedas que resultó ser igualmente espuria. Una de sus fundadoras, Ruja Ignatova, se encuentra desaparecida desde 2017, antes incluso de la inauguración de Omegapro.
El FBI la ha incluido entre las 10 personas más buscadas del mundo, pero algunas fuentes indican que podría haber sido asesinada por la mafia búlgara. Mientras tanto, las millones de personas que invirtieron en Omegapro no tienen la mínima pista de a dónde fue a parar su dinero.