Escrito por: Juana González
A diferencia de otras países de la región, donde la formalización de los casinos online y las casas de apuestas se dio en medio de torbellinos, en Brasil se han tomado medidas paulatinas, que implicaron el bloqueo de los sitios clandestinos antes de la entrada en vigor de la reglamentación. En el 2025 se verán los resultados del modelo.
Brasil inicia su mercado de apuestas online el 1 de enero.
Un año clave para los casinos online y las casas de apuestas en Brasil
El 2024 será recordado como el año en el que Brasil dio un salto significativo en su reglamentación de juego. En este período se pasó de tener una normativa llena de prohibiciones a consensuar una estructura para la explotación de numerosas áreas, entre ellas el juego online.
Brasil venía sonando fuerte en la industria del iGaming desde hace mucho tiempo, por estar en el top 10 de países con más visitas a páginas de apuestas deportivas. No solo eso, sino que se trata de una economía pujante, que representa el mercado más voluminoso de América Latina.
El gobierno anterior, encabezado por Jaír Bolsonaro, se había mostrado renuente a dar inicio al proceso regulatorio. De hecho, había dejado vencer el plazo para regular el sector que había establecido la administración previa. El fuerte lobby del sector de las iglesias protestantes brasileñas habría sido clave.
A partir del mandato de Luiz Inácio Lula Da Silva ha cambiado la perspectiva. Tanto es así que el Ministerio de Hacienda, a cargo de Fernando Haddad, se puso a disposición de reglamentar el juego online desde un primer momento. Al punto de que el 2024 cierra con un camino claro por delante.
Este año el Ministerio publicó las condiciones para solicitar una licencia en los casinos online en Brasil, con criterios similares a la de la mayor parte de los mercados regulados, a saber: protocolos de juego responsable, auditorías técnicas, transparencia financiera, y medidas contra el lavado de dinero, entre otros.
La apertura para presentar solicitudes se dio en dos plazos, con el aviso de que las empresas que se unieran en el primer llamado tendrían prioridad en la consideración de las autoridades. De ese conjunto de firmas que se postularon saldrán las que quedarán oficializadas a partir del 1 de enero de 2025, fecha de inauguración del nuevo reglamento.
Los pasos para construir un mercado sólido y transparente
Como una de las primeras decisiones, el gobierno creó la Secretaría de Premios y Apuestas (SPA), bajo el organigrama de Hacienda. Este órgano es la clave para articular la industria del juego online con el aparato estatal de Brasil.
Desde el SPA se han organizado grupos para investigar el impacto de los juegos de azar y las apuestas deportivas online, con incidencia directa en la regulación del sector. También se ha trabajado en cooperación con la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) para dar de baja los operadores no incluidos en las listas preliminares.
Entre las varias solicitudes de bloqueo, se acabaron por sumar más de 3.000 sitios clandestinos. Estas páginas no se ajustaron a los requerimientos del Ministerio para la explotación de los servicios, y por lo tanto no quedaron permitidas en el período de adecuación.
Otro punto importante, que atañe a las apuestas deportivas, es la creación de un organismo legislativo para dar cuenta del desarrollo transparente del juego online. Se trata de una Comisión Parlamentaria de Investigación dedicada estudiar los casos de amaño y garantizar la integridad de las competencias.
El asunto es particularmente espinoso, ya que muchos clubes y torneos de Brasil están auspiciados por casas de apuestas. En los últimos años han salido a la luz numerosos casos de jugadores de distintas disciplinas implicados con amaños relacionados con apuestas, tanto en Brasil como en otros países de América Latina.
Una regulación que construye sobre experiencia vecinas
A partir de la pandemia, el juego online se viralizó, no solo en la región sino en todo el mundo. Como consecuencia se volvió imperioso redactar nuevas normativas que pudieran estructurar el fenómeno, generar una base impositiva para la actividad y entregar garantías de transparencia a los usuarios.
El único país que ya contaba con una regulación vigente era Colombia, que cuenta con una autoridad de control del juego online desde hace más de una década. En todos los demás casos hubo que ensayar soluciones.
En Argentina, por ejemplo, se dejó el tema en manos de cada provincia, como estaba estipulado, lo cual llevó a una total falta de unidad en el territorio. Mientras que algunas provincias entregaron licencias, otras mantuvieron la prohibición, mientras que en todo el país se dio una oleada de ludopatía juvenil a causa de la endeblez de los controles.
En Paraguay se mantuvo el monopolio rentístico, con lo cual no solo no se dio una solución a la enorme oferta ilegal, sino que comenzó una puja entre empresas que reclamaron un lugar en el mercado. Recién ahora las autoridades han dado inicio a un proceso que podría significar una apertura y una regulación.
Por el lado de Perú, la reglamentación de juego online fue aprobado de manera sumaria, con numerosas dudas por parte de los legisladores, y se puso en marcha este año. Lejos de traer claridad, ha sumado nuevos desafíos, como la dificultad de controlar las plataformas ilegales y los cambios en las contribuciones impositivas.
El resto de la región no ha avanzado demasiado. Brasil es el país que más parece haber trabajado por una reglamentación coherente y segura. Las experiencias en otros mercados parecen haber servido de lección para tomar nota sobre los peligros de una normativa con agujeros.
En cuanto a las empresas, saben que el gran negocio de la región es Brasil. Por eso es que muchos pesos pesados internacionales están dispuestos a invertir lo que haga falta para quedarse con su porción de usuarios. El desarrollo de este modelo estará a la vista a partir de enero.
