El proyecto que regula los juegos localizados será discutido por el Senado Federal de Brasil. Se legalizarían las salas de apuestas y las loterías informales, como el jogo do bicho, el famoso juego que utiliza figuras de animales y goza de una enorme gama entre los sectores populares del país.
Un paso para el fin de la prohibición a los juegos localizados en Brasil
Los juegos y las apuestas fueron prohibidos en Brasil en 1946. Precisamente ese año nació el actual presidente de la república, Luiz Inácio “Lula” Da Silva, cuyo gobierno está cerca de avanzar rumbo a la legalización de casinos, bingos y incluso el famoso jogo do bicho.
Luego de varias décadas de debates, el tema ha llegado al Senado, donde fue aprobado por la Comisión de Constitución y Justicia por 14 votos a favor y 12 en contra. Así, el proyecto podrá ser tratado en el Plenario. Un verdadero hito en la historia de los juegos de azar de Brasil.
Los principales opositores de la regulación son las bancadas bolsonaristas y evangélicas del Congreso. Durante el tiempo en el que gobernó ese sector político, se dejaron vencer los plazos para la regulación de las apuestas que había establecido el mandatario anterior.
En el caso de los casinos, el proyecto de ley prevé que se trate de una concesión del Estado, que permitirá la explotación de ruletas, juegos de cartas y máquinas electrónicas en establecimientos dedicados al ocio y el turismo.
En cuanto a los bingos, la legislación habilitará un puesto legal por cada región de 150 mil habitantes. Con esto se espera no saturar el mercado, así como evitar el fomento al juego en barrios vulnerables.
El senador Irajá, del PSD de Tocantins, quien oficia como relator del proyecto, ha argumentado que el fin de la prohibición representará un importante beneficio impositivo para el fisco, así como el inicio de nuevos puestos de trabajo para miles de brasileños.
La vigencia del jogo do bicho tras 130 años de historia
Además de bingos y casinos, el proyecto aprobado por la Comisión en el Senado implica la legalización del jogo do bicho. Se trata de la lotería más tradicional de Brasil, creada en 1892 por el barón João Batista Viana Drummond, dueño del Zoológico de Río de Janeiro.
El juego contiene 25 números representados en 25 animales. En sus orígenes, este formato permitía que participaran personas que no sabían leer ni reconocer números escritos. Simplemente identificaban su apuesta con los animales que elegían.
Según un informe realizado por las Comisiones Permanentes de la Cámara de Diputados de Brasil, el jogo do bicho mueve unos R$12 mil millones al año (cerca de US$2.500 millones). Más de 20 millones de brasileños apuestan cada día, es decir, casi el 10% de la población del país.
En el mismo estudio se especifica que el jogo do bicho es el motor de más de 350.000 puntos de venta en todo el territorio, y la actividad genera más de 450.000 empleos en la informalidad.
Otro dato que no pasa inadvertido y explica, en parte, su gran popularidad, es su índice de pagos de 60%, muy superior a los 32,27% de la lotería oficial de Caixa, promovida por el Estado. Se pueden obtener premios de hasta 4.000 veces el valor de la apuesta inicial.
Sin embargo, es sabido que esta industria está manejada por grupos violentos, que en décadas pasadas han combatido entre sí para quedarse con la administración del negocio. En Brasil se conoce la estrecha relación entre el jogo do bicho y la financiación de los blocos de samba.
Tanto es así que, en la última edición del célebre carnaval de Río de Janeiro, se pudo ver un bailarín disfrazado de castor en el bloco Mocidade Independente de Padre Miguel. Esta escuela de samba es conocido por ser patrocinada por Rogério de Andrade, conocido como el “Señor del crimen”.
El tío paterno de Andrade era conocido como “el Castor” y llevó adelante el rubro del jogo do bicho durante la década de 1990. La referencia en el carnaval no pasó en absoluto inadvertida.
De todas formas, se espera que la reglamentación del juego traiga claridad y le ponga fin al delito. El proyecto de ley establece que las personas interesadas en explotar el jogo do bicho deberán probar su capacidad financiera, además de ajustarse a los requisitos técnicos del negocio.
También se indica que la explotación del juego estará vedada para funcionarios de cargos públicos y administradores de empresas estatales, así como para personas imputadas por delitos fiscales o de corrupción. El proceso de formalización del jogo do bicho podrá implicar la participación de las Fuerzas de Seguridad.
Polémicas parlamentarias por la legislación de juego
Desde los sectores más encarnizados de la oposición se sostiene la perspectiva de que la legalización de los juegos localizados corresponde a una estrategia del gobierno para recaudar más impuestos a cualquier costo. En efecto, las metas fiscales están dentro de los objetivos del proyecto.
Carlos Portinho, senador del PL de Rio de Janeiro, ha declarado su disconformidad con la propuesta. Como ejemplo, puso la reglamentación de las apuestas online, que, en su mirada, no ha traído ningún beneficio a la sociedad sino que solo ha conseguido acelerar el crecimiento de la ciberludopatía.
Desde el PT han aclarado que el juego online está en proceso de legislarse y que la recaudación total de impuestos correspondiente a esa industria no se ha cerrado. Es el primer período en el que el Estado percibirá ingresos por las ganancias de las plataformas digitales.
Asimismo, los senadores que votaron en contra del proyecto en la Comisión han hecho eco de las preocupaciones por el juego responsable y la prevención de las adicciones. Los juegos localizados, sobre todo el jogo do bicho, tiene éxito sobre todo entre sectores sociales vulnerables a estos estímulos.
De cualquier manera, el paso al Plenario del Senado es uno de los muchos escalones que deberán subir el proyecto hasta convertirse en ley. Lo que es innegable es el avance desde la más absoluta clandestinidad algunos años atrás a esta posibilidad de regulación en el presente