Argentina: el juego clandestino se reproduce en las pantallas

Se reporta un enorme crecimiento de redes de juego clandestino que operan en portales sin licencia, sin verificación de la identidad y sin garantías reales de pago. Las plataformas ilegales recurren a “cajeros” que ofician de intermediarios con los jugadores. El partido de oposición anuncia un proyecto de regulación más estricta.

Persona jugando clandestinamente con la bandera argentina sobreimpresionada.

En Argentina no hay una regulación nacional de juegos y apuestas.

Una puerta abierta al fraude

Le escribo a un número de WhatsApp que me acaban de pasar. Digo mi nombre y que quiero jugar. Del otro lado la persona se presenta. Es una “cajera”; una joven, a juzgar por su nombre y su foto de perfil. Me explica rápidamente las reglas y enseguida pega un mensaje predeterminado:

“🍀 GRACIAS POR JUGAR CON NOSOTROS ✨
Usuario:
Contraseña:
Pagina: ———————-
🚫 mínimo de carga $1000
🚫mínimo de retiro $3000
🚫retiro por días hasta $500000

Sin límites de apuesta

Horarios de pagos: lunes a viernes 14hs a 19hs
Sábados de 14hs a 17hs
Domingo y feriados de 14hs a 16hs
⛔ un retiro por usuario cada 24hrs
Fuera de esos horarios NO SE BAJAN FICHAS
Transferencia que no impacta no se carga fichas, respetar siempre el horario de pago!!
Consultar siempre cbu antes de enviar el dinero! “

A continuación me envía un alias para que le haga el depósito. Una vez que comparto el comprobante de pago, la persona actualiza los datos de usuario y contraseña en el mensaje predeterminado.

No pregunta la edad. El sitio de apuestas, cuyo nombre será omitido, tampoco pregunta. Se trata de una página que luce como cualquier casino online. Al menos para un usuario sin demasiada experiencia en el rubro. Un banner de Haaland y Messi adorna la sección de deportes.

Con todas las de la ley (de la selva)

A pie de página se indica que el casino cuenta con la licencia de Curazao, aunque no se nombra a la autoridad regulatoria. Ningún número de habilitación avala ese certificado.

Y aun cuando la plataforma tuviera la debida licencia de la autoridad de control de Curazao, serían varios los problemas que surgirían. Para empezar, se trata de una certificación extranjera, sin jurisdicción en Argentina, donde los operadores deben pedir el alta en las instituciones provinciales.

La licencia de Curazao, además, ha generado grandes polémicas por sus condiciones laxas. Tanto es así que los Países Bajos, que tienen al país caribeño como protectorado, conminaron al gobierno nacional a cambiar los requisitos para la emisión de permisos de juego online.

Si bien muchas grandes marcas de apuestas digitales presentan la licencia de Curazao, este sello también ha sido encontrado en operadores con serias deficiencias en términos de seguridad, protección e integridad.

Así y todo, la página a la que me remitió la “cajera” dispone de una cartera de juegos a la altura de los casinos legales. Reconozco los títulos de los principales desarrolladores de la industria: Pragmatic Play, Play’n GO, Ruby Play, Red Rake, NetEnt, Red Tiger, entre otros.

¿Cómo es posible que una plataforma clandestina obtenga los productos de desarrolladores supuestamente legítimos? Una posibilidad es el simple hurto de los juegos; otra es la irresponsabilidad de las personas a cargo de los contratos.

De todas formas, hay un detalle que no pasa por alto: en el sitio no hay ningún certificado de testeo. Estos sellos son emitidos por laboratorios que verifican el funcionamiento de los generadores de números aleatorios; en otras palabras, garantizan la transparencia de los resultados.

Algunos ejemplos de laboratorios de testeo son eCOGRA, iTechLabs, Gaming Laboratories International (GLI). Sin estas credenciales, no hay manera de saber que los índices de pagos de los juegos son los que determinaron sus desarrolladores.

En suma: no hace falta más inspección para determinar la calidad de la oferta.

El decurso de un oficio clandestino

Hace varias décadas, en un finado cafetín del conurbano de Buenos Aires, solía sentarme, niño pequeño, a la mesa de mi padre y sus amigos. Por la tarde siempre pasaba un personaje pintoresco, al que llamaremos el Flaco Pucho, que se unía al grupo, se tomaba un café y les anotaba los números.

Era ni más ni menos que un levantador de quiniela, un obrero del juego clandestino. Posiblemente también un ludópata. A primera ojeada, pobre como un trapo. Claramente no era él quien pagaba los premios, ni quien se quedaba con las ganancias. Había un socio capitalista por detrás, hecho sabido, que tarde o temprano acabaría preso o peor.

El respaldo del Flaco Pucho no llega a mantenerse, al parecer, en las actuales redes de juego clandestino en Argentina. El número de la “cajera” me llegó a través de una suerte de cadena solidaria en la que se pedía que se la ayudara apostando en el casino o contribuyendo en su cuenta.

¿El motivo? Una de sus primeras usuarias en la red de juego ilegal, nada menos que una pariente suya, había tenido la suerte de ganar un jackpot de $300.000 (US$300). Por algún acuerdo entre las partes, la suma no salía del capitalista de la red, sino de la mismísima “cajera”.

El juego ilegal, en un caso así, acaba siendo un peligro mayor para la persona que lo ofrece que para aquella que lo consume. Volviendo al mensaje original que me envió la “cajera”, se pueden ver algo como horarios de atención a los jugadores.

Esta precarización radical refleja las relaciones de trabajo generales en la Argentina. Desesperados por generar ingresos en medio de una crisis histórica, los más humildes (como a todas las luces es el caso de esta “cajera”) abren cualquier puerta con tal de llegar a fin de mes.

¿Pero el juego online no estaba regulado?

Muchas provincias han aprobado legislaciones de juego online, como el caso de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza. También CABA. Se trata de una materia que no depende de reglamentaciones nacionales, sino que se dirime en las gobernaciones.

Así pues, los organismos de control como Loterías de Buenos Aires (LOTBA) o el Instituto Provincial de Loterías y Casinos (IPLyC) están en todas sus facultades de avanzar contra el juego clandestino. Aun más: esto representa uno de sus compromisos ante los operadores habilitados.

Por el contrario, se nota cierta pasividad en las entidades regulatorias. En consonancia con tiempos en los que la libertad de mercado prima sobre la seguridad social: un modelo de país ideal para plataformas que prometen el oro y el moro y acaban resultando en problemas para todo el mundo.

El dirigente de Patria Grande, Juan Grabois, anunció públicamente que su espacio está trabajando en una legislación más severa para el juego online, ante el brote de casos de ludopatía entre menores.

La “cajera”, por su parte, terminó nuestra conversación con simpáticos stickers alusivos: “¡Fichas cargadas!”, “A jugar, ¡mucha suerte!”. Lo que se dice, una profesional completa. De mi lado, cerré la página del casino trucho apenas terminé de revisarla. Ni loco me meto en semejante antro.

Jeronimo Corregido
Ante la pasividad de las autoridades de control, avanzan las plataformas de juego clandestino donde apuestan menores.